El 30 de abril de 1977, se realiza en Buenos Aires, la primera marcha
de las Madres de la Plaza de Mayo, para exigir la aparición con vida de
sus hijos que eran víctimas de la represión de la dictadura militar
que gobernaba a la Argentina en ese momento.
La idea surgió mientras el grupo inicial de madres estaba esperando
que las atendiera el secretario del Vicario Castrense. Ese día, 14
madres inciaron una jornada a la cual, con el paso del tiempo, se
acercarían otras madres afectadas. Desde entonces, todos los jueves
repetirían una caminata (originada cuando las fuerzas de seguridad les
exigieron "circular" por causa del estado de sitio, al rededor de la
pirámide central de la plaza o Plaza de Mayo.
Con el tiempo las Madres de Plaza de
Mayo comenzaron a ser vista como un símbolo de resistencia contra la
represión y los abusos a los derechos humanos de una de las dictaduras
más feroces del continente. Lograron en 1978, durante el Mundial de
Futbol que fueran entrevistas por una parte de la prensa extranjera,
ante la que pedían respuestas al gobierno militar sobre el paradero de
sus familiares.
Con el tiempo su lucha, ya en la era democrática, se
enfocó no sólo en seguir buscando los restos mortales de los
desaparecidos, sino también, ubicar los hijos de los luchadores sociales
muertos por la dictadura y arrancados a sus padres antes o después de
nacer; de igual forma, buscar justicia y hacer sentar en el banquillo de
los acusados a los torturadores y responsables de los años de la
represión militar.