Hoy 5 de marzo se cumplen dos años de la muerte de quien fuera en vida el líder de la revolución bolivariana, Hugo Rafael Chávez Frías.
Aquel día el mundo entero lloró su partida, y los corazones revolucionarios se tiñeron de luto.
La muerte de Chávez fue anunciada por el entonces vicepresidente Nicolás Maduro en cadena nacional y rodeado por parte del tren ministerial del gobierno.
1992 lo llevó a una intentona golpista y siete años después a la presidencia de Venezuela..
El legado que nos dejo el comandante Chávez consiste en la herencia política, ideológica, humanista y patriótica que nos dejó a los revolucionarios el comandante supremo Hugo Chávez Frías. En su trayectoria vital se empeñó en convertirse en un paradigma para enfrentar el capitalismo salvaje, sus tentaciones y sus agresiones permanentes.
Nuestro comandante nos legó el empeño de la Constituyente de manera permanente, que nos permitiera abandonar cualquier tentación reductiva del poder como dominación de unos pocos. Antes de Chávez, en nuestro país una minoría ejercía el poder en todos sus ámbitos irrespetando los mandatos del pueblo. En ese sentido nuestro comandante nunca dio concesiones: Constituyente o nada.
El poder Constituyente es la potencia del pueblo, el pueblo decide su destino, las instituciones son la viabilización de esa voluntad. Cuando un dirigente se atornilla en una institución y le pone su sello personal, entra en un proceso de corrupción política. Los que se aferran al poder por dominación no pueden ser considerados herederos del legado de Chávez, así como quienes son elegidos y defraudan el mandato de un pueblo. Es necesario mandar obedeciendo al pueblo que es la voluntad originaria constituyente.
El comandante Chávez nos legó la lucha por la inclusión sin excepciones de ningún tipo. Reivindicó nuestras comunidades indígenas originarias y afrodescendientes despreciadas y explotadas por la oligarquía racista. Visibilizó la sexodiversidad sin ambigüedades, sin menosprecio. Incluyó a las compatriotas con diversidad funcional que estaban invisibilizados con el concepto despectivo y lacerante de incapacitados.
Le asignó sin discriminaciones sus merecidas pensiones a l@s adult@s mayores que cobraban miserias simbólicas en la cuarta república. Nos dejó una ley familiar de los trabajadores y trabajadoras que nos permite avanzar hacia el poscapitalismo y se empeñó en dotar de viviendas dignas a l@s excluid@s del capitalismo. Luchó incansablemente contra la discriminación femenina, avanzando como nunca en la equidad de género, en el respeto de la condición femenina. No son hereder@s del legado de Chávez los que sean capaces de excluir a la gente por alguna condición. Todos nuestros esfuerzos deben ser orientados a revertir cualquier tipo de exclusión. Es un legado y un mandato para l@s revolucionari@s.
También nos legó una ruta para consolidar nuestra conciencia revolucionaria en un esfuerzo de pedagogía política intensa, en sus discursos, en su prédica. Las rutas de la necesidad de dirigirnos a una sociedad poscapitalista enfrentando la lógica del capital, anteponiendo el valor de uso de nuestras necesidades al valor de cambio y a la mercantilización que le impone el capitalismo.
La necesidad de revertir las relaciones de producción del capital para ser trabajador@s libres de la explotación alienante. En ese esfuerzo de síntesis de su pensamiento que está en el Plan de la Patria condensó sus propuestas para transitar los comienzos de este siglo. Conservar nuestra independencia como prioridad, sino somos independientes, descolonizados política, económica y culturalmente no podremos ser jamás libres y soberanos.
Si no consolidamos el socialismo, que se expresa en el vivir bien de toda la gente, si no potenciamos nuestra economía en la región superando las vulnerabilidades en conjunto con nuestros aliados, tampoco podremos enfrentar la hegemonía imperialista si no cambiamos el relacionamiento unipolar capitaneado por los gringos, por relacionamiento multipolar con alianzas con los pueblos que adversan el modelo del capital, tampoco llegaremos a ninguna parte, si no cuidamos nuestro planeta de los excesos del capitalismo nuestro futuro será incierto y las guerras sucesivas serán por el agua, por el oxígeno, por la biodiversidad, por el verdor.
Ese es el legado no basta vestirse de rojo y lanzar consignas se necesita tener conciencia y conducta revolucionaria para ser digno heredero del legado de Chávez.
El comandante Chávez consolidó un valor fundamental: el amor a la patria, descorriendo la historia que nos había sembrado la oligarquía durante siglos que la patria eran los ricos, la patria es la gente, es la patria grande latinoamericana y caribeña que heredamos del Legado de Simón Bolívar, ¡Padre la Patria Grande!
CHAVEZ VIVE, LA LUCHA SIGUE.