Caracas, 2 de Noviembre de 2014.- En la historia contemporánea de Venezuela, César Rengifo marcó un hito en las artes, al especializarse en dibujo, pintura y escultura en la Escuela de Bellas Artes. Su trascendencia se marcó al buscar reivindicar los derechos humanos, y mostrar la realidad de los pueblos originarios, campesinos y obreros de nuestro país, a través de las distintas expresiones de su condición artística.
Sus propuestas lo hicieron merecedor del Premio Nacional de Pintura en 1954. Recibió, asimismo, los galardones Andrés Pérez Mujica y Antonio Esteban Frías en el primero de los salones mencionados. En 1955 realizó el mural en mosaico titulado El mito de Amalivaca en el Centro Simón Bolívar, Caracas. Además, tuvo inquietudes literarias que dejó plasmadas en más de 40 piezas teatrales convertidas, desde este año, en soporte necesario para la celebración anual de un día para la dramaturgia criolla.
Esa espiga sembrada en Carabobo, Joaquina Sánchez, Las mariposas de la oscuridad, El vendaval amarillo, El raudal de los muertos, Las torres y el vientoUn tal Ezequiel Zamora, Los hombres de cantos amargos, María Rosario Nava Manuelote, son los textos editados por Fundarte luego de Lo que dejó la tempestad, libro con el que se comenzó el rescate de las obras de Rengifo
Murió en Caracas el 2 de noviembre de 1980.