En un terreno donado por el Márquez del Toro, Juan Domingo de Sacramento Infante, en 1744 empezó a construir la capilla Santísima Trinidad, obra que le llevó casi cuatro décadas de su vida y que pudo concluirse gracias a las limosnas de los fieles y los aportes económicos de notables como don Juan Vicente Bolívar Ponte, padre del Libertador y del mismo Marqués del Toro. Los trabajos concluyeron faltando diez días para el nacimiento de Simón Bolivar.
Por decreto de Antonio Guzmán Blanco, el 27 de marzo de 1874, fue convertido en Panteón Nacional.