Nace en Matagalpa, el político y revolucionario nicaragüense Carlos Fonseca Amador.
Fundó, en 1961, el movimiento guerrillero que luchó contra la dictadura de Anastacio Somoza Debayle, Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
Luchó por el progreso de su país y por la erradicación de la pobreza y el analfabetismo. Murió en combate en el norte de Nicaragua contra la guardia de Somoza. Entre sus títulos póstumos están los de Héroe Nacional de Nicaragua y Comandante en Jefe de la Revolución Popular Sandinista. Tres años después de su muerte el FSLN entró triunfante en Managua poniendo fin al periodo dictatorial
El héroe popular de la revolución en Nicaragua todavía inspira y su legado es rescatado cada día por el gobierno de Daniel Ortega en diversas obras que tratan de revertir la pobreza heredada después del largo invierno neoliberal de los años 90.
Comandante Carlos Fonseca
Poseídas por el dios de la furia*
y el demonio de la ternura,
salen de la cárcel mis palabras
hacia la lluvia.
Y sediento de luz te nombro, hermano,
en mis horas de aislamiento
vienes derribando los muros de la noche,
nítido, inmenso.
Comandante Carlos, Carlos Fonseca,
Tayacán, vencedor de la muerte,
novio de la Patria roja y negra,
Nicaragua entera te grita ”¡presente!”.
Cuando apareciste, llegaste a nosotros
con tus ojos miopes, azules, intensos.
Fuiste desde entonces el hermano
terco, indeclinable, sempiterno.
Fuiste mecanógrafo, hormiga, martillo,
y al día siguiente de nuestro encuentro
vimos tus letreros subversivos
en todos los muros de nuestro pueblo.
Una bala en la selva de Zinica
penetró en tu recio corazón de santo,
y estalló tu sangre en nuestras vidas
como una gigante bomba de contacto.
Desbordante de amor hacia los hombres,
trinitaria roja tu pecho desnudo,
tus ojos azules, generosos,
apuntando firmes hacia el futuro.*
Cuando los afiches del tirano
sean insepultas huellas de la escoria,
cuando los traidores y cobardes
sean referencias de una vieja historia,
las generaciones venideras
de la Nicaragua libre y luminosa
van a recordarte eternamente
con tu carabina disparando auroras.