En 1824 en la Pampa de la Quinua, en Perú, se libra la Batalla de Ayacucho, entre el Ejército Patriota y las tropas realistas comandadas por el Virrey José de la Serna.
Los patriotas contaban con un ejército de cinco mil seiscientos hombres aproximadamente, bajo el mando del General Antonio José de Sucre, mientras que los realistas sumaban cerca de nueve mil quinientos soldados.
Esta batalla significó el capítulo final para lograr la completa independencia del Perú y de toda América del Sur. El general Antonio José de Sucre fue honrado con el título de Mariscal de Ayacucho y Benemérito del Perú.
“En este mismo sitio se libró una sangrienta batalla en la época de las conquistas del Perú, debido a lo cual los indios llamaron al lugar Ayacucho, lo que significa “rincón de los muertos”.
Apenas tiene una milla de largo y más o menos medía de ancho. Al norte termina en in profundo precipicio, otro materialmente infranqueable lo rodea por el extremo opuesto.
En el centro hay un riachuelo que corre norte a sur. Al oeste queda la aldea india Quinua, que se comunica con el campo de Humanga, por vereda en descenso de seis millas. Al este, Los Andes, con angostos y difíciles pasos que conducen al camino real del Cuzco, Cualquier ejército que sufriera una derrota en ese lugar, encontraría difícilmente la retirada”
Al despuntar el alba del día 9 de diciembre de 1824 , según el historiador José Antonio Cova, un soldado cumanés cantó:
“Ay! Cumaná quién te viera
y por tus calles paseara
y a San Francisco fuera
a misa de madrugada...