Como resultado de su preocupación por las condiciones en que se encontraban los indígenas y el trato que se les daba, fue nombrado con el pomposo título de "Protector Universal de los Indios".
De ahí en adelante, y hasta su muerte en 1566, realizó una infatigable tarea para la dignificación de la vida de los indios en el continente americano. Toda su obra está al servicio de esta defensa: trabajos antropológicos, historiográficos, jurídicos, teológicos, políticos. Sus títulos más importantes son Historia de las Indias, la Apologética Historia y la Brevísima relación de la destrucción de las Indias.
Palabras de Fray Bartolomé de Las Casas:
"No
y mil veces no, ¡paz en todas partes y para todos los hombres, paz sin
diferencia de raza! Sólo existe un Dios, único y verdadero para todos
los pueblos, indios, paganos, griegos y bárbaros. Por todos sufrió
muerte y suplicio. Podéis estar seguros de que la conquista de estos
territorios de ultramar fue una injusticia. ¡Os comportáis como los
tiranos! Habéis procedido con violencia, lo habéis cubierto todo de
sangre y fuego y habéis hecho esclavos, habéis ganado grandes botines y
habéis robado la vida y la tierra a unos hombres que vivían aquí
pacíficamente... ¿Creéis que Dios tiene preferencias por unos pueblos
sobre los demás? ¿Creéis que a vosotros os ha favorecido con algo más
que aquello que la generosa naturaleza concede a todos? ¿Acaso sería
justo que todas las gracias del cielo y todos los tesoros de la tierra sólo a vosotros estuvieran destinados?" [...]
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