El comercio transatlántico de esclavos africanos duró más de 4 siglos,
desde finales de los años 1400 hasta su abolición, en torno al 1800. La
primera reacción en este hemisferio, se produjo en Haití, donde, en la
noche del 22 al 23 de agosto de 1791, esclavos de Bois Cäiman, localidad
del norte de la entonces colonia francesa de Santo Domingo, se
amotinaron en protesta por su situación, en un alzamiento que jugó un
importantísimo papel en la abolición de la esclavitud.
En 1997, la Conferencia General de la UNESCO adoptó una resolución que proclamaba el 23 de agosto como día internacional para recordar este tráfico. A partir del año siguiente comenzaron a organizarse actos culturales y debates, empezando por Haití.
Esta rebelión fue uno de los desencadenantes de la abolición de la esclavitud.
En 1997, la Conferencia General de la UNESCO adoptó una resolución que proclamaba el 23 de agosto como día internacional para recordar este tráfico. A partir del año siguiente comenzaron a organizarse actos culturales y debates, empezando por Haití.
Esta rebelión fue uno de los desencadenantes de la abolición de la esclavitud.
La esclavitud y la trata de esclavos nos cuestiona a todos. Es más, afecta
especialmente a las generaciones más jóvenes, que han hecho suyo este
legado y que se movilizan en el esfuerzo contra el racismo y la
discriminación, dos de los efectos de la historia de la esclavitud.
Finalmente, este pasado nos desafía porque plantea cuestiones sobre
temas que hoy en día siguen siendo objeto de debate, tales como
reconciliación nacional, respeto al pluralismo cultural, construcción de
nuevas identidades y la idea de ciudadanía en un mundo cambiante.
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