El 2 de febrero de 1806, salió del puerto de Nueva York (Estados Unidos) la expedición organizada por Francisco de Miranda con el objetivo de liberar a Venezuela del dominio de España
La expedición culminaba el sueño del Precursor de la Independencia de América del Sur, sostenido desde su primer viaje a Europa y promovido ante los más variados círculos en cada visita a los numerosos países que recorrió en procura de apoyo para la causa de la libertad suramericana. Se dieron a la vela tres barcos: El “Leander”, el “Bacchus” y el “Bee”, con ciento veinte hombres entre efectivos y tripulantes. La expedición tomó rumbo a las costas venezolanas.
Desgraciadamente, agentes de España en Estados Unidos habían penetrado las empresas armadoras de la expedición y las autoridades españolas en Venezuela, tuvieron aviso pronto de los planes de Miranda y procedieron a alertar y reforzar sus posiciones en los lugares donde preveían que desembarcaría. Cuando los barcos del Precursor fueron avistados frente a las costas de Ocumare (Aragua), navíos españoles atacaron y rechazaron al “Leander” y capturaron las otras dos embarcaciones. La expedición perdió casi un tercio de sus efectivos. Prisioneros de los españoles, los expedicionarios capturados fueron fusilados o muertos en la horca, y otros enviados a presidio en España.
Se perdió todo el material de guerra a bordo de los barcos capturados. Miranda logró poner a salvo su vida y refugiarse en Trinidad. Uno de los expedicionarios, condenado a muerte, el polaco Gustavus Bergood, al ver cómo los españoles quemaban la bandera tricolor que izó Miranda, exclamó: “Nuestra causa no tardará en vencer y esa bandera que van a quemar flotará victoriosa en este mismo sitio”.
No tardó en ser colgado en la horca. Más tarde, Miranda acusó al capitán del “Leander”, Thomas Lewiz, de haber dado instrucciones erróneas al acercarse la flotilla a Ocumare, lo que permitió a los españoles atacar con éxito las naves del Precursor. Mientras ocurrían los sucesos en Ocumare, en Caracas el cabildo, formado por la vieja aristocracia criolla, declaró a Miranda reo de traición contra Su Majestad el Rey y ordenó quemar su nombre en la Plaza Mayor.
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