En 1991 el Parlamento de Sudáfrica suprime el régimen de "apartheid", que fue una política de segregación racial practicada en este país desde 1950.
Este régimen racista establecido por una dirigencia blanca del país, instauró leyes que cubrieron en general aspectos sociales y la discriminación de los derechos civiles de la población negra de ese país.
Establecía una clasificación racial de acuerdo a la apariencia, a la aceptación social o a la descendencia, lo que produjo, desde sus inicios, resistencia y levantamientos populares por parte de los africanos. Al calor de esas luchas surgieron movimientos de resistencia como el de Nelson Mandela incorporado ya al Partido Congreso Nacional Africano desde 1952, lo que le costó 27 años de encarcelamiento, tiempo en el cual el gobierno de Sudáfrica rechazó todas las peticiones de que fuera puesto en libertad.
Mandela se convirtió así, en un símbolo de la lucha contra el apartheid, representando la falta de libertad de todos los hombres negros sudafricanos. Fue excarcelado en febrero de 1990, luego de ser abolidas todas las leyes racistas y fue elegido presidente de Sudáfrica para el período 1994-1999.