Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti eran dos obreros inmigrantes, que
habían llevado consigo de su Italia natal las ideas anarquistas en boga
en el Viejo Continente, y que, bajo la acusación de robo a mano armada y
asesinato de dos personas en 1920 fueron
encarcelados, juzgados, sentenciados y ejecutados en la silla eléctrica
en el muy conservador estado de Massachusetts.
En un contexto
social de histeria impuesta por los grandes intereses económicos a
través de los medios y que continúa hasta el dia de hoy, Nicola Sacco y
Bartolomeo Vanzetti constituían en ejemplo perfecto de las amenazas a
que el pueblo norteamericano se vería expuesto de no tomar medidas
radicales contra el anarquismo y el aun más peligroso comunismo.
Su controvertido e irregular juicio, con pruebas amañadas y falsos
testigos, atrajo una enorme atención internacional, con críticos
acusando al fiscal y juez de la causa de permitir que sentimientos
anti-italianos, anti-inmigrantes y anti-anarquistas predispusieran al
jurado.
Las ejecuciones de Sacco y Vanzetti generaron
protestas masivas en Nueva York, Londres, Ámsterdam y Tokyo, huelgas a
través de Sudamérica y disturbios en París, Ginebra, Alemania y
Johannesburgo.