Hugo
Chávez se presenta a la reelección presidencial el próximo 7 de octubre con un
programa electoral que contempla diversos objetivos para el periodo 2013-2019.
Para alcanzar estos objetivos, propone una batería de propuestas concretas.
Sin
embargo,la audiencia de los medios de comunicación de masas internacionales y
muy especialmente los del Estado español, con El País y ABC a la cabeza, no
podrá acceder a esta información, simplemente porque esos medios la ocultan.
Los artículos en la prensa internacional y española referidos a la contienda
electoral venezolana se centran en la supuesta y nunca probada ausencia de
democracia en el país, y vulnerando así las mínimas normas deontológicas
del periodismo, tanto en la confirmación de las fuentes como en la selección de
temas según su interés social.
Lo
mismo ocurre en los medios de comunicación venezolanos, el 85% de los cuales
está en manos de la oposición. El desequilibrio en la propiedad de los medios y
el tono absolutamente beligerante de la prensa de la derecha refutan cualquier
acusación de falta de libertad de expresión en Venezuela.
Algunos de sus
artículos o imágenes sobre el jefe de Estado ,por ejemplo, la publicada por la
revista Tal Cual, en la que Chávez aparece caracterizado como un cerdo,serían
prohibidas en el Estado español y sus autores juzgados y condenados, como ya ha
ocurrido con informaciones o sátiras sobre el rey.
Los
lectores no encontrarán en las páginas de su periódico información sobre la
propuesta electoral de intensificar la explotación de las reservas de crudo del
Orinoco ,las mayores reservas de petróleo probadas del mundo, con más de un
millón de millones de barriles- con el objetivo de alcanzar en 2019 una
producción de seis millones de barriles diarios.
La
radio tampoco hablará del objetivo de llegar en 2019 a los tres millones de
viviendas públicas subsidiadas y de bajo coste, disminuyendo el precio cuanto
menor es la capacidad económica de la familia beneficiaria hasta llegar a la
gratuidad para los estratos más vulnerables. Ningún tertuliano explicará que
entre 2011 y 2012 se han edificado 250.000 viviendas públicas y hay 450.000 más
en construcción.
No
habrá reportajes audiovisuales para mostrar cómo Venezuela ha pasado de luchar
por erradicar el analfabetismo en 2005 fue declarada por Naciones Unidas
Territorio Libre de Analfabetismo,a ser el quinto país del mundo en tasa de
matriculación universitaria y el segundo de Latinoamérica tras Cuba.
No
informarán sobre el proyecto de abrir nuevas universidades que se sumarían a
las 22 creadas en los últimos 14 años y de facilitar el intercambio de
estudiantes con los países del Mercosur.
Los
columnistas no analizarán la propuesta de construcción de 16 centros sanitarios entre ellos, 8 hospitales ni los planes para extender la atención
especializada a toda la población, con independencia de su lugar de residencia
o capacidad económica.
Las
revistas especializadas no se harán eco de la intención de incrementar la
superficie de cultivos de regadío en un 200% ni de aumentar la producción de
alimentos en un 45%, hasta llegar a los 42 millones de toneladas al año.
No hay
ningún economista en los grandes medios de comunicación de masas que salga a
explicar los datos macroeconómicos del país: un 5,6% de crecimiento del PIB en
el primer semestre del año, encadenando siete subidas consecutivas; un descenso
del desempleo hasta el 7,9%, lo que supone una disminución de casi el 50% desde
1998, cuando Hugo Chávez llegó al poder; por primera vez, la inflación interanual
se sitúa por debajo de los 20 puntos… Por tanto, no habrá expertos que hagan
inteligible al gran público la situación económica de la que parte Venezuela
para poder hacer realidad las propuestas electorales.
Tampoco
se realizarán entrevistas a politólogos para que expliquen los cinco grandes
objetivos generales para el periodo 2013-2019: independencia nacional, con
especial énfasis en la soberanía sobre los recursos y la soberanía alimentaria;
profundización en el proceso socialista; convertir a Venezuela en un país
potencia en lo social, lo económico y lo político integrada en la potencia
emergente de Latinoamérica; contribución a una nueva geopolítica multipolar
enfocada al equilibrio y la paz, y, por último, una política orientada a la
preservación del medio ambiente y a una relación armónica entre el ser humano y
su entorno.
El
deber de los medios de comunicación que cubren las elecciones venezolanas es
informar sobre los programas electorales, tanto de Hugo Chávez como del
candidato opositor, Henrique Capriles. Sus periodistas y analistas de opinión
tienen la obligación de explicar a la audiencia sus contenidos, con argumentos
razonados y comprensibles. Después, estas propuestas podrán ser apoyadas o no
por cada persona, pensar que son más o menos creíbles, calificarlas como
objetivos plausibles o bien mercadería política. Y, en el caso de la audiencia
venezolana, orientar su voto en función de una información cierta, plural y
argumentada.
Al
ocultar sistemáticamente las propuestas electorales de Hugo Chávez las del
candidato opositor tienen una considerable cobertura los medios de
comunicación de masas vulneran el Derecho a la Información de la ciudadanía.
Es
necesario recalcar una y otra vez que el Derecho a la Información está recogido
en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Se rompe así el consenso
fraguado durante siglos entre la ciudadanía y una prensa que debía
suministrarle información veraz ante la imposibilidad de cada persona de
recabar información en todos los ámbitos por sí misma.
Por
eso, las encuestas indican que los medios de comunicación son uno de los
grandes problemas del Estado español. Por Alejandro Fierro.