Durante la revolucion francesa Bonaparte prestó importantes servicios y fue nombrado general en jefe del ejército.
Operó en el norte de Italia, cuando ésta estaba sometida por el dominio austríaco. Venció a Italia y Austria, atacó Egipto, en poder de los turcos venciéndolos en la Batalla de Pirámides, y conquistó la India.
Tras regresar a Francia, Napoleón trató de reformar la Constitución, y ante la negativa del Directorio, Napoleón lo clausuró mediante un golpe militar y creó el Consulado, siendo él, el Primer Cónsul.
Por el prestigio militar que dieron sus victorias, el pueblo de Francia, aceptó el cambio de gobierno, y el Papa Pio VII lo coronó con el título de Emperador de los franceses, con el nombre de Napoleón I.
Fue derrotado en la Batalla de Waterloo, el 18 de Junio de 1815. Prisionero de los ingleses, lo confinaron en la isla en Santa Elena, donde falleció 6 años después.
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