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lunes, 3 de noviembre de 2014

3 de noviembre de 1827 Hipólita Bolívar, conocida como “la Negra Hipólita”, reclamó el pago de la pensión acordada por Bolívar.


El 3 de noviembre de 1827 Hipólita Bolívar, conocida como “la Negra Hipólita”, exesclava de Simón Bolívar, hace una comunicación en la que pide que se cumpla con el pago de pensión mensual que a su favor había acordado el Padre de la Patria el 2 de julio del mismo año.

El reclamo de Hipólita por quien el Libertador mostró en todo tiempo un aprecio especial, llegando en una ocasión a titularla como su “segunda madre” por haberlo ella amamantado durante la convalecencia de la madre natural, doña María de la Concepción Palacios refleja el estado de abandono y desolación en que quedaron los antiguos esclavos que, por distintas circunstancias, habían obtenido la condición de libertos o manumitidos .

Entre las personas que confrontaban serias dificultades económicas y por cuya manutención se responsabilizó directamente se encontraban su hermana Juana y la negra Hipólita. A favor de la primera dispuso, el 2 de julio de 1827, que cada mes se le entregara la suma de 100 pesos, haciéndose “debidamente los descuentos competentes dondequiera que me halle”, según instrucción dada, por vía de Cristóbal de Mendoza, a la Tesorería de la República. 

Fueron muchas las personas que contaron con la magnificencia del Libertador a expensas de su sueldo y el menguado patrimonio que año a año disminuía en su caso. Entre estas personas estaba la viuda de Camilo Torres, a quien ponderaba superior estima como reconocimiento a su protector de 1813, así como patriotas lisiados y otras damas cuyos maridos perecieron en la lucha. A unos ayudaba de modo regular y otros en forma ocasional, según la situación.

El Libertador convirtió su sueldo mensual en una especie de “Caja de Beneficiencia” contra la cual se haría efectivo el descuento de montos a favor de un alto número de estas personas a quienes concedió dicha gracia. Con razón O’Leary escribe que, de sus sueldos, casi nada quedaba para el propio Libertador.

El Libertador había dejado administradores y apoderados suyos en Caracas para atender asuntos de índole pecuniaria. Y viendo Hipólita que transcurrían los meses y nadie María Antonia Bolívar hermana del héroe, Álamo o Mendoza, entre otros de los allegados al Libertador que sabían del caso se esmeraba por entregarle el monto de 40 pesos mensuales que le acordó Simón, procedió a reclamar el cumplimiento de la gracia. Lo hizo por escrito el 3 de noviembre de 1827.

Bolívar, desde Bogotá, instó a su hermana Antonia y al Dr Álamo para que diesen a Hipólita lo que esta requería, reiterándoles a una y otro el cariño que sentía por ella. En todo caso la situación de la Negra Hipólita manifiesta la desidia de las autoridades republicanas en relación al problema de la esclavitud y las personas manumitidas, que en muchos casos quedaron a la intemperie de todo orden al carecer de un pedazo de tierra propio o de destrezas en un oficio para ganarse la vida.

En la Venezuela Bolivariana el comandante Hugo Chávez reivindicó la memoria de la nodriza del Libertador al dar su nombre a una de las misiones de mayor proyección social: la Misión Negra Hipólita.
 

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