El 18 de Julio 1924, muere en España el poeta y dramaturgo español Ángel Guimerá.
Nacido en Santa Cruz de Tenerife, tras la muerte de su padre, cuando el futuro escritor contaba con nueve años de edad la familia se trasladó a Cataluña, donde terminó siendo considerado como uno de los más grandes poetas catalanes, aunque fue su talento como dramaturgo el que lo proyectaría a nivel internacional. Se dedicó al teatro aunque no olvidó su condición de poeta, y fueron sus dramas en verso, lo que convirtieron a Guimerá en el dramaturgo en lengua catalana más importante de su generación.
En 1904, la Academia Sueca le concedió el Premio Nóbel de Literatura, compertido con el poeta provenzal Frédéric Mistral. No obstante, presiones desde el gobierno español, que, había desempeñado un relevante papel político en Cataluña, impidieron que el proyecto de la Academia se llevara a cabo.
El día de su muerte fue de luto para todos los catalanes, sin distinción de matices sociales o políticos, y su entierro constituyó una de las más grandes y sentidas manifestaciones populares que se recuerdan en Barcelona. Tuvo un entierro multitudinario en el Cementerio del emblemático cerro de Montjuïc.
Nacido en Santa Cruz de Tenerife, tras la muerte de su padre, cuando el futuro escritor contaba con nueve años de edad la familia se trasladó a Cataluña, donde terminó siendo considerado como uno de los más grandes poetas catalanes, aunque fue su talento como dramaturgo el que lo proyectaría a nivel internacional. Se dedicó al teatro aunque no olvidó su condición de poeta, y fueron sus dramas en verso, lo que convirtieron a Guimerá en el dramaturgo en lengua catalana más importante de su generación.
En 1904, la Academia Sueca le concedió el Premio Nóbel de Literatura, compertido con el poeta provenzal Frédéric Mistral. No obstante, presiones desde el gobierno español, que, había desempeñado un relevante papel político en Cataluña, impidieron que el proyecto de la Academia se llevara a cabo.
El día de su muerte fue de luto para todos los catalanes, sin distinción de matices sociales o políticos, y su entierro constituyó una de las más grandes y sentidas manifestaciones populares que se recuerdan en Barcelona. Tuvo un entierro multitudinario en el Cementerio del emblemático cerro de Montjuïc.
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