La amenaza de extinción que se cierne sobre las culturas de las poblaciones originarias provocada por la avalancha de una transculturización “Made in USA”, preocupa a numerosos sectores sociales.
En total, estas poblaciones suman unos 350 millones de personas, repartidas en más de 70 países del mundo y representan más de cinco mil lenguas y culturas. Ocupan un lugar significativo de la diversidad cultural en el paisaje planetario.
En efecto, encarnan una visión global del mundo y del ser humano que permanece íntimamente vinculado a la naturaleza y a la Tierra a la que todos pertenecemos.
Aunque la Organización de Naciones Unidas (ONU) decidió celebrar el 9 de agosto este día internacional, y numerosos organismos han trabajado en beneficio de los pueblos originarios del mundo, muchos de estos pueblos han seguido sufriendo los avatares de un mundo indiferente a sus problemas y pocas soluciones han recibido para mejorar su calidad de vida.
Importante que todos veamos en este día, un apalancamiento en el apoyo de nuestros origenes dignificando su vida cultura y valores actuales, así como los ancestrales, en nuestras manos, letras o voces; asi como la revolucion bolivariana ha dignificado al indigena en todos los ambitos el quehacer nacional.
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