Un día como hoy, el 10 de mayo de 1849,
estalló la revolución en la Renania alemana. En 1848, casi toda Europa
fue sacudida por movimientos revolucionarios promovidos por la burguesía
y la clase obrera contra el absolutismo.
Se inició en París
(Francia), luego estalló en Viena (Austria) y en 1849 en Alemania. El
centro fue la Renania, la región de mayor desarrollo de la industria
avanzada.
Karl Marx y Engels fundaron en Colonia (Alemania), en junio de 1848, el periódico La
Nueva Gaceta del Rin, desde cuyas páginas predicaban a favor del
derrocamiento del absolutismo feudal y de los gobiernos absolutistas.
Marx y Engels consideraban que el establecimiento de una república
democrática era el punto de partida de la lucha por el socialismo.
La Nueva Gaceta del Rin se convirtió en el eje de reagrupamiento de
todos los sectores revolucionarios. Marx y Engels ejercían la más severa
crítica a quienes pensaban que la clase obrera podía luchar sola por el
poder, sin aliarse con los campesinos y los sectores revolucionarios de
la burguesía.
El 10 de mayo de 1849, Engels se unió a los
insurrectos en la ciudad de Elberfeld y jugó un papel destacado en la
organización de las barricadas y la disposición de las piezas de
artillería. El movimiento revolucionario proclamó la Constitución de
Francfort, la cual consagraba las libertades democráticas y la abolición
de todo tipo de servidumbre feudal. Sin embargo, el rey de Prusia,
Federico Guillermo IV Hohenzollern, rechazó la Constitución y envió un
ejército de más de 100.000 hombres contra la revolución.
Después de aplastar la revolución a sangre y fuego, el Gobierno prusiano
prohibió La Nueva Gaceta del Rin. En la edición final, impresa en tinta
roja, Marx se dirigió a los trabajadores: “Al despedirse de vosotros,
los redactores de La Nueva Gaceta del Rin os agradecemos la simpatía que
le habéis testimoniado. Siempre y donde quiera, su última palabra será:
la liberación de la clase obrera”.
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