El 29 de agosto de 1533, fue muerto por
garrote por ordenes del conquistador Francisco Pizarro el emperador inca
Athualpa, hijo del emperador inca Huayna Capac y de Tupac Pacila,
princesa de Quito (Ecuador).
Al morir su padre, recibió como
herencia el reino de Quito mientras su hermanastro Huáscar gobernaba el
Cuzco (Perú). Las diferencias entre los dos provocó una larga guerra
civil.
Cuando Athualpa supo la llegada de los conquistadores
trato de pactar la paz con Huáscar, lo que fue imposible y se dio la
batalla de Catabamba con victoria para el ejército de Quito al mando de
Athualpa.
Pizarro invitó al Inca a una entrevista en Cajamarca
con la intención de capturarlo. Confiado Athualpa concurrió con su
séquito desarmado. Al entrar en la plaza, el fraile Vicente de Valverde
le exigió que se sometiera a los españoles y aceptara el cristianismo.
Athualpa se negó y Pizarro, que había preparado una emboscada con sus
tropas, dio orden de atacar y se produjo una terrible matanza de miles
de los hombres del Inca.
Athualpa fue apresado y condenado a
la hoguera, pena que se cambió por el garrote vil. La muerte de Athualpa
facilitó la conquista del Cuzco y Quito por los españoles.
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