El sultán otomano Suleimán I El Magnífico,fallecio en 1566.
Llevaba más de 45 años en el trono del imperio otomano, el cual amplió y
consolidó llevándolo a una etapa de esplendor que lo convirtió en la
mayor potencia del mundo para entonces.
Dotó al país de una infraestructura agrícola que mejoró la vida de los
campesinos y brindó abundancia de alimentos básicos. En su gobierno,
judíos, musulmanes y cristianos, vivieron en paz. La educación era
gratuita y propició importantes logros en el ámbito de la arquitectura,
literatura, arte, teología y filosofía.
Sus restos aún reposan en la Mezquita de Süleymaniye, en la capital turca de Estambul.
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