El 1 de Agosto 1900, el médico cubano Carlos Finlay recibía el
reconocimiento por sus hallazgos epidemiológicos relacionados con la
fiebre amarilla.
Habían pasado 19 años desde que Finlay presentó sus estudios enla Conferencia SanitariaInt
ernacional
celebrada en febrero de 1881, donde expuso evidencias de que la fiebre
amarilla sólo podía ser trasmitida por un "agente intermediario", aunque
en ese momento se abstuvo de indicar al mosquito como tal.
Sin embargo, en aquel entonces su hipótesis fue recibida con frialdad y
casi total escepticismo. De regreso a Cuba, Finlay no se amilanó ante el
desinterés de sus colegas y siguió sus experimentos.
El
momento de su reconocimiento llegó aquel 01 agosto de 1900, cuando una
comisión médica presidida por el doctor estadounidense Walter Reed,
visitó la residencia del médico cubano con instrucciones del gobierno
estadounidense de estudiar la teoría de Finlay acerca de la transmisión
de la fiebre amarilla por mediación del mosquito, a fin de controlar la
crisis epidemiológica que afectaba a las tropas de ocupación
estadounidenses en Cuba, participantes en la última etapa de la guerra
de independencia cubana contra España.
Aquejado por una
enfermedad, el médico cubano no pudo expresar su satisfacción por el
reconocimiento de su labor, tras casi 20 años de olvido y miles de
muertes que pudieron haber sido evitadas.
Desde ese momento,
Finlay pasó a ser reconocido como el primer científico que demostró
experimentalmente la transmisión de la fiebre amarilla por parte del
mosquito Aedes Aegypti.
Pero, hay que aclarar, y el propio
Finlay lo destacó en sus investigaciones, que quien 1ro., descubrió el
papel del mosquito en esa enfermedad fue el científico franco-venezolano
Louis Daniel Beauperthuy, quien en 1854, es decir, 27 años antes que
Finlay, en Cumaná, actual Edo Sucre, publicó los resultados de su
investigación en los que concluyó que la fiebre amarilla era transmitida
por un mosquito, convirtiéndose así en el descubridor del agente
transmisor de ésta enfermedad.