Desde muy joven se incorporó a la lucha por la independencia puertorriqueña.
En 1937, fue testigo dela Masacrede Ponce, cuando un grupo de nacionalistas que protestaban pacíficamente fueron violentamente atacados por las fuerzas policiacas bajo las órdenes del gobernador estadounidense de la isla, Blanton Winship. El hecho la motivó a afiliarse al Partido Nacionalista de Puerto Rico, dentro del cual desempeñó diversas responsabilidades partidistas, como secretaria, vicepresidenta y delegada ejecutiva.
Pero su más histórico papel lo jugó dirigiendo una acción comando, junto a Rafael Cancel, Irvin Flores y Andrés Figueroa Cordero, con quienes irrumpió el 01/03/1954 en el Capitolio, sede del Congreso de Estados Unidos, en Washington, donde desplegaron la bandera de los patriotas borinqueños y al grito de ¡Viva Puerto Rico libre!, efectuaron varios disparos hiriendo a 5 congresistas.
La acción suicida buscaba sacar a relucir ante la opinión pública internacional y al Comité de Descolonización de las Naciones Unidas, la farsa de dotar a Puerto Rico del estatuto de "Estado Libre Asociado", pretendiendo ocultar que el país continuaba siendo una colonia estadounidense.
Ella y sus camaradas fueron detenidos, torturados y sentenciados a pena máxima, que se conmutó a cadena perpetua.
Fueron indultados tras 25 años de prisión, luego de los cuales, Lolita continuó hasta su muerte su incansable batalla patriótica en todos los escenarios de lucha civil.
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