Recibidos y hospedados con toda cortesía por los habitantes de la ciudad, el
conquistador, anticipándose a una presunta conspiración, capturó a los
líderes cholultecas y mandó a su ejército a realizar un ataque
preventivo en el que más de cinco mil hombres murieron en menos de cinco
horas bajo la furia de las espadas españolas. También se dio la orden
de incendiar casas y templos.
La mayoría de las víctimas fueron civiles cholultecas desarmados. Según los españoles, se sospechaba que más de veinte mil guerreros mexicas acampados en las inmediaciones los atacarían.
La mayoría de las víctimas fueron civiles cholultecas desarmados. Según los españoles, se sospechaba que más de veinte mil guerreros mexicas acampados en las inmediaciones los atacarían.