Su respuesta al jefe español Urreiztieta, en momentos en que está prisionera en las bóvedas del Castillo de Santa Rosa, en La Asunción y espera el nacimiento de un hijo, es el mejor retrato moral de su personalidad, la más elocuente definición de su papel, en la historia de Venezuela: "JAMAS LOGRAREIS...dijo Luisa Cáceres que aconseje a mi esposo a faltar a sus deberes. Pasó mucho tiempo prisionera del ejército español, y durante su reclusión el Castillo de San Rosa, en la Asunción, abortó a su primera hija.
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