El 4 de junio de 1830, día viernes, muy temprano por la mañana, Antonio José de Sucre toma el camino de su cita final..... En el sendero estrecho a Cabuyal, en las montañas de Berruecos, cuatro asesinos contactados por José María Obando lo esperaban.....Ellos eran: Apolinar Morillo, venezolano, Andrés Rodríguez y Juan Cruz, peruanos, y Juan Gregorio Rodríguez, de Tolima, Colombiano. Cuando pasa la comitiva, una voz grita: ¡General Sucre! El joven General, voltea y en el acto suenan los disparos......inmediatamen te otros más..... El grito de Sucre, histórico grito de hombre de guerra, fue: “¡AY BALAZO !” y cayó de su caballo....... De esta manera la oligarquía conservadora comienza su largo camino de asesinatos en la America libre, tratando de ocultar y disolver las luchas integradoras revolucionarias de nuestra América.
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