Fue uno de los líderes militares y politicos más comprometidos con la la independencia en Colombia, entonces conocida como Virreinato de Nueva Granada.
Poseedor de gran cultura, fue el primero en traducir al español, en la America Hispana, los Derechos del Hombre y del Ciudadano, proclamada por la Revolución francesa, que le valió una condena a prisión por 10 años en España.
En 1811 fue elegido Presidente de Cundinamarca, actual Colombia, cargo que renunció para ponerse al mando del ejército que intentaba hacerle frente al avance español desde el sur. Derrotado por los realistas en Pasto, fue hecho prisionero y enviado nuevamente a España. En 1820 regresó a su país y Simón Bolívar lo nombró vicepresidente de la Gran Colombia en 1821, cargo del que dimitió al cabo de poco tiempo.
El día 13 de diciembre de 1823 sobre las 5 de la tarde falleció Nariño. Solo se publicó una nota necrológica en la Gaceta de Colombia. No hubo decreto de honores ni declaraciones oficiales a su muerte. Comienza un largo periplo de sus despojos mortales, primero a Zipaquirá donde residía su madre. Años más tarde un descendiente de Nariño se lleva sus cenizas consigo, dando vueltas por Colón, Jamaica, Medellín y, finalmente, un 19 de julio de 1913, los restos mortales de Antonio Nariño y Ortega son depositados en la Catedral de Bogotá dodne reposan en la actualidad.
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