Fue una figura muy importante en el período de transición entre la era clásica y la romántica, y continúa siendo uno de los más famosos e influyentes músicos de todos los tiempos.
La primera época abarca las composiciones escritas hasta
1800, caracterizadas por seguir de cerca el modelo establecido por
Mozart y Haydn y el clasicismo en general, sin excesivas innovaciones o
rasgos personales. A este período pertenecen obras como el célebre Septimino o sus dos primeros conciertos para piano.
Una
segunda manera o estilo abarca desde 1801 hasta 1814, período este que
puede considerarse de madurez, con obras plenamente originales en las
que Ludwig van Beethoven hace gala de un dominio absoluto de la forma y
la expresión (la ópera Fidelio, sus ocho primeras sinfonías, sus tres últimos conciertos para piano, el Concierto para violín).
La
tercera etapa comprende hasta la muerte del músico y está dominada por
sus obras más innovadoras y personales, incomprendidas en su tiempo por
la novedad de su lenguaje armónico y su forma poco convencional; la Sinfonía n.º 9, la Missa solemnis
y los últimos cuartetos de cuerda y sonatas para piano representan la
culminación de este período y del estilo de Ludwig van Beethoven.
Compuso piezas maestras, dirigiendo y tocando, incluso después de quedarse completamente sordo. Desarrolló la sinfonía de una forma seria que prevalecería durante generaciones futuras, y sus 9 sinfonías, cuartetos y sonatas para piano, 6 conciertos y la ópera Fidelio, describirían toda su producción musical y su estilo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario