Ante el mencionado Congreso, instalado en la ciudad de Bogotá, el Libertador expresó fervorosamente lo siguiente:
"¡Colombianos! hoy he dejado de mandaros. Veinte años ha que os sirvo en calidad de soldado y magistrado. En este largo período hemos conquistado la patria, libertado tres repúblicas, conjurados muchas guerras civiles, y cuatro veces he devuelto al pueblo su omnipotencia, reuniendo espontáneamente cuatro Congresos Constituyentes. A vuestras virtudes, valor y patriotismo se deben estos servicios; a mí la gloria de haberlos dirigido. (...) Temiendo que se me considere como un obstáculo para asentar la República sobre la verdadera base de su felicidad, yo mismo me he precipitado de la alta magistratura a que vuestra bondad me había elevado."
El Libertador, convencido de que su distanciamiento de la patria ayudaría a la unidad de la República, o por lo menos a la paz y concordia entre los colombianos, también señaló:
"Debéis estar ciertos de que el bien de la patria exige de mí el sacrificio de separarme para siempre del país que me dio la vida, para que mi permanencia en Colombia no sea un impedimento a la felicidad de mis
conciudadanos."
Ante esta decisión de El Libertador se eligieron el 4 de mayo de 1830 el nuevo Presidente de la República y Vicepresidente, correspondiendo a Joaquín Mosquera y Domingo Salcedo, respectivamente, asumir la responsabilidad de continuar dirigiendo la patria bolivariana. Éstas serían parte de las últimas acciones ejecutadas por Simón Bolívar el mismo año de su muerte, ocurrida el 17 de diciembre de 1830.
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