En 1998 el presidente Bill Clinton es procesado por la Cámara de Representantes por el famoso “Caso Lewinsky”.
 
 Fue acusado de ocultar un romance extra conyugal con la que fuera una 
becaria de la Casa Blanca, Monica Lewinsky, de 23 años. El fiscal acusó 
al presidente de once delitos merecedores de un proceso de destitución 
por perjurio, abuso de poder y obstrucción de la justicia.
 
 Tras
 unos meses, Clinton admitió haber mantenido un "comportamiento físico 
impropio", aunque negó haber cometido perjurio. El 12 de febrero de 1999
 la cámara alta declaró a Clinton "no culpable" del delito de perjurio, y
 del delito de obstrucción a la justicia.

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