En 1803, nace en París la revolucionaria y feminista Flora Tristán.
Hija
de un coronel peruano al servicio de la corona española y una francesa,
a su casa acudían personajes de la talla de Simón Bolívar y su maestro
Simón Rodríguez. A la muerte de su padre, la familia pierde su status
debiendo enfrentarse a la doble subordinación de ser mujer y pobre.
Esto
la llevó a tomar conciencia de la realidad social de los diferentes
grupos oprimidos con los que entró en contacto. Acusó la injusticia
social en sus escritos y propuso una serie de reformas para mejorar la
vida de las personas oprimidas, sobre todo de los trabajadores y de sus
mujeres.
Fue autora de muchos trabajos algunos de carácter
autobiográfico, otros que se reflejan la condición de sumisión a que
eran sometidas las mujeres, a través del matrimonio, un ensayo de
particular importancia que descubre el mundo del trabajo y la
explotación de la clase obrera, el cual antecede a los estudios de Marx y
Engels sobre el mismo tema, publicado en 1843.
La semilla fundamental de su pensamiento
feminista y la contribución de Flora, se plantea en los términos
siguientes: la emancipación de las mujeres tenía que ser parte actuante,
permanente, constante, de la lucha de todo el movimiento socialista;
porque sólo la igualdad absoluta de las mujeres con respecto a los
hombres, daría como resultado una sociedad de verdadera justicia social y
equitativa.
“La prostitución es la más horrible de las aflicciones producidas por la distribución desigual de los bienes del mundo”
“Cuando la
totalidad de los individuos sepa leer y escribir, cuando los periódicos
penetreen hasta la choza del indio, entonces, encontrando en el pueblo
jueces cuya censura habreis de temer y cuyos sufragios debeis buscar,
adquiriréis las virtudes que os faltan”
“En la escala
del amor, la mujer está unos peldaños por encima del hombre. El día en
que el amor domine sobre la violencia, la mujer será la reina del mundo” Flora Tristan
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