EL 23 DE Abril de 1936, muere en Madrid, de tuberculosis, la escritora venezolana, Teresa de la Parra.
Este era el seudónimo de Ana Teresa Parra Sanojo, nacida en París en 1889 y residenciada en Caracas desde los 3 años. Parte de su infancia transcurrió en "El Tazón", la hacienda familiar, ubicada entre Tumerito y Piedra Azul. Al quedar huérfana de Padre, vuelve con su madre y hermanos a Europa y despues de diez años regresa al país, en plena dictadura gomecista, época en comienza a revelarse como escritora en artículos publicados en diferentes diarios capitalinos. Más tarde se convertiría en una de las más destacadas creadoras de la literatura venezolana.
Escribió dos novelas que la inmortalizaron en toda América: "Ifigenia" y "Memorias de Mamá Blanca". Sus restos fueron trasladados a Caracas e inhumados en el Cementerio General del Sur para posteriormente, ser sepultados en el Panteón Nacional.
Ifigenia, aparecida en 1924, editada por Bandelac en París, es una novela escrita en forma de diario. Pero es un diario lleno de una frescura, de una exquisita suavidad femenina, hasta entonces ignorada en nuestra literatura narrativa.
La novela empieza con una carta de María Eugenia Alonso para Cristina Iturbe. En ella abundan las más triviales revelaciones hasta el dato vivo, coloreado de humana trascendencia en la vida de la "señorita que escribió porque se fastidiaba". La carta es una confesión fina, desnuda de perjuicios. Teresa de la Parra nos guía así, dulce y suavemente hacia el laberinto del espíritu femenino. Sin egoísmo pueril, sin el recelo cobarde de otros autores, Teresa nos abre las puertas de la intimidad femenina caraqueña de principios de siglo. Sus confesiones son valientes e intachables. A veces parece que la oímos, parece que la vemos gesticular para dar fuerza a su expresión....
Las Memorias de Mamá Blanca son una bella evocación de la infancia, hecha toda ella en una nunca igualada belleza; Influencia de las mujeres es un examen del lugar que ocupó la mujer en la sociedad latinoamericana desde la conquista hasta los días de la emancipación; a través de su amplio epistolario, esta escritora permitió conocer los pálpitos de su alma y asistir a su terrible periplo final, cuando, aquejada por la tuberculosis......
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