En 1973, Paraguay y Brasil firman el tratado que permite construir la central hidroeléctrica de Itaipú, la más grande del mundo.
La
 represa utiliza la fuerza de las aguas del río Paraná, en la frontera 
entre los dos países. Con sus 200m de alto y 872m de largo, esta central
 es considerada la séptima maravilla del mundo moderno y es responsable 
de la generación del 25% de la energía eléctrica consumida en Brasil, y 
del 95 % de la consumida en Paraguay.
La cantidad de hormigón 
usado en la construcción de la represa hidroeléctrica de Itaipú es el 
equivalente a 210 estadios de fútbol del tamaño del Maracaná de Brasil y
 su altura es el equivalente a un edificio de 65 pisos.
En una 
operación denominada Mymba Kuera, que en guaraní quiere decir "Los 
animales", durante la formación del reservorio, equipos del sector 
ambiental de Itaipú se esforzaron por recorrer la mayor parte del área 
que se inundaría para salvar centenas de ejemplares de especies de 
animales de la región. Itaipú, viene del guaraní y quiere decir "piedra 
que suena". 
La laguna de la represa inundó diversas propiedades 
de habitantes del extremo oeste del estado brasileño de Paraná. Las 
indemnizaciones no fueron suficientes para que los agricultores 
compraran tierras nuevas en el Brasil. Siendo las tierras más económicas
 en el Paraguay, miles de ellos emigraron para ese país, creando el 
fenómeno social conocido como los brasiguayos - brasileños con sus 
familias que residen en tierras paraguayas en la frontera con el Brasil.



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